Sin domeñar en absoluto su furia eléctrica, ni tampoco su conciencia de no ser más que un hijo de su época, flecha insomne en manos del tiempo, Asier Vázquez (Bilbao, 1981) hilvana, en esta su ya cuarta entrega poética, un ramillete de instantes donde la luz, el sol, el viento, la quejumbre del mar, el canto errante de un pájaro o, en fin, la risa cristalina de una mujer, se aferran con fuerza a nuestro cuerpo y, como aire entre las ramas, se cuelan en nuestra memoria y nos mecen el espíritu, dibujando así la medida exacta del paraíso y, como quiso el gran Antonio Vega, el sitio idóneo para nuestro recreo.
Con el verbo como única arma posible, y equilibrando en su medida justa la tradición —Basho, Issa, Buson— y la modernidad —José Cereijo, José Luis Parra, Susana Benet—, los haikus de Asier Vázquez detienen la pena y, a cambio, nuestro ánimo se yergue como una flor, solitaria y alegre, entre el asfalto. Leerlos, en suma, nos confirma una vez más la insólita esperanza de existir.
Título: Veinte poemas de adiós y una despedida necesaria
Autora: Victoria Jiménez
Sinopsis
¿Y si nos enseñaran a dejar marchar, a decir adiós sin miedos encontrando en ello...
Soy una mera condenación saltando al vacío, una convulsión hecha de entrañas, un abismo transmutado, un sustantivo que ya no se sostiene sin lenguaje. Soy solo la nada que me ladra, una definición ambivalente buscando precisión, el acento de unas manos atestadas de conciencia, los extremos de una inercia que descomunal proyecta atraparme.
Él el embrión que gesta la vida, la matriz incontestable del ser, el origen primero de la existencia anterior, la raíz de la que germina la posibilidad perpetua de lo intangible. Él el extremo que inherente batalla y voluntario se encierra, el renacimiento de una noche sin luna, la subversión de una simetría inmortal, la omnipresencia de quien todo lo abarca.
Él, el verbo.
Yo, la nimiedad que camina ansiando su absoluto.
Autoras/es: VV.AA
Alejandro Fernández García, Gerardo Lombardero, María Rosa Serdio, Miguel Ángel Gómez, Sara R. Cabeza, David Fueyo, Aurelio González Ovies, Celia Corral Cañas, Juan Ignacio...
La inconfundible voz del poeta Sergio Balbontín se reconoce en este poemario que publica BajAmar y se percibe más limpia, más cercana, quizá más acuática y, sobre todo, más profunda, así como «La nieve azul / Ardiendo ante la nada». Un poemario que, como esa nieve, atiende al «Lenguaje pausado de la luz». A veces muy sutil, a veces misterioso, como el corazón que se mueve al otro lado del vestido, es este un poemario susurrado, susurrante. Un poemario donde el tiempo y el espacio dialogan con los sueños, con el deseo, con la humanidad, con la naturaleza, con la poesía y las palabras, con el silencio, con la piel. Este viaje a la luz desde la oscuridad despega en el «Punto de partida», que nos indica: «Este es el lugar donde / nace el poema»; y nos permite presenciar su crecimiento, su desarrollo, su muerte, y ese lugar «Donde comienza el bosque / Y termina el silencio». En esta búsqueda de la luz y de la oscuridad: el fuego y el hielo, la vida y la muerte, nosotros y la soledad.